Como se nos indica en la propia portada del libro, "El alquimista holandés" es una novela sobre la apasionante vida de El Bosco. La historia que se narra en ella se inicia un año antes de la muerte del genial pintor holandés Jeroen Anthonissen van Aken, más conocido como El Bosco (nombre que deriva de su ciudad natal 's-Hertogenbosch), y que da pie para acercarse al mundo de la época: las supersticiones, la guerra, las epidemias, ... Una Europa que va cerrando las últimas páginas de la Edad Media (El Bosco es una de ellas) y abriendo las primeras del mundo moderno.
En sus páginas se entremezclan personajes de ficción con otros rigurosamente históricos como Erasmo de Rotterdam, Juana la Loca o Felipe el Hermoso que fue uno de sus primeros clientes y de quien se dice que transmitió su pasión por el pintor a su suegra, la reina Isabel la Católica.
No es fácil de interpretar ni de entender la pintura de El Bosco, por lo que siempre ha sido objeto de polémica y ha dado pie a multitud de hipótesis que intentan explicar su extraño mundo. Isabel Abenia aprovecha la novela para recordarnos algunas de ellas, especialmente las más controvertidas, como las que hablan de las numerosas claves alquímicas que podemos rastrear en sus cuadros, pero también otra, muy conocida y divulgada, aunque ya recusada, que le hacía miembro de la secta de los adamitas, unos personajes heréticos que pensaban que podían cumplir la misión divina de lo humano a través de una vida natural y de licencia sexual absoluta. Los investigadores actuales ponen más el acento en el mundo popular, las canciones, refranes, etc., como fuente de inspiración del mundo fantástico de El Bosco.
La novela podemos valorarla como una forma agradable y amena de acercarnos a la vida del pintor y a su pintura.
En sus páginas se entremezclan personajes de ficción con otros rigurosamente históricos como Erasmo de Rotterdam, Juana la Loca o Felipe el Hermoso que fue uno de sus primeros clientes y de quien se dice que transmitió su pasión por el pintor a su suegra, la reina Isabel la Católica.
No es fácil de interpretar ni de entender la pintura de El Bosco, por lo que siempre ha sido objeto de polémica y ha dado pie a multitud de hipótesis que intentan explicar su extraño mundo. Isabel Abenia aprovecha la novela para recordarnos algunas de ellas, especialmente las más controvertidas, como las que hablan de las numerosas claves alquímicas que podemos rastrear en sus cuadros, pero también otra, muy conocida y divulgada, aunque ya recusada, que le hacía miembro de la secta de los adamitas, unos personajes heréticos que pensaban que podían cumplir la misión divina de lo humano a través de una vida natural y de licencia sexual absoluta. Los investigadores actuales ponen más el acento en el mundo popular, las canciones, refranes, etc., como fuente de inspiración del mundo fantástico de El Bosco.
La novela podemos valorarla como una forma agradable y amena de acercarnos a la vida del pintor y a su pintura.
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