Alejandro Ballesteros, joven profesor de arte, llega a Venecia atraído por "La tempestad", el cuadro de Giorgione, al que ha dedicado su tesis doctoral. Al poco de llegar, un hombre muere entre sus brazos. El cadáver resulta ser el de Fabio Valenzin, renombrado falsificador y traficante de obras de arte, quien además mantuvo un trato muy peculiar con Gabetti, el director de la Galería de la Academia donde se expone el cuadro, y con la hija de éste, la fascinante Chiara, destacada restauradora que descubrirá a Ballesteros, además del amor, el enigma del lienzo que lleva años tratando de desvelar.
La novela toma prestado el título de una de las pinturas más misteriosas del Renacimiento, obra del no menos enigmático pintor que fue Giorgione. Es precisamente ese misterio que rodea al cuadro, el que sirve de excusa a J.M. de Prada para tejer una historia de intriga apasionante, entrelazada con una historia de amor, pero también con una interesante reflexión sobre el arte. A través de sus páginas, el autor recoge algunas de las diferentes interpretaciones que se han dado del cuadro por los historiadores y aficionados al arte, como el propio padre del novelista.
Con esta novela, traducida a más de veinte idiomas, y llevada al cine (en una versión que el escritor abomina), Juan Manuel de Prada obtuvo en 1997 el Premio Planeta, si bien es cierto que la calidad de la novela es notablemente superior a lo que suele ser habitual en este premio.
La novela toma prestado el título de una de las pinturas más misteriosas del Renacimiento, obra del no menos enigmático pintor que fue Giorgione. Es precisamente ese misterio que rodea al cuadro, el que sirve de excusa a J.M. de Prada para tejer una historia de intriga apasionante, entrelazada con una historia de amor, pero también con una interesante reflexión sobre el arte. A través de sus páginas, el autor recoge algunas de las diferentes interpretaciones que se han dado del cuadro por los historiadores y aficionados al arte, como el propio padre del novelista.
Con esta novela, traducida a más de veinte idiomas, y llevada al cine (en una versión que el escritor abomina), Juan Manuel de Prada obtuvo en 1997 el Premio Planeta, si bien es cierto que la calidad de la novela es notablemente superior a lo que suele ser habitual en este premio.
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