Como ya hemos comentado en otra ocasión, el descubrimiento de las cuevas de Altamira se produjo en 1879, por el arqueólogo, médico y botánico cántabro, D. Marcelino Sanz de Sautuola, aunque no sería hasta 1895, muerto ya D. Marcelino, en que la comunidad internacional aceptó el hecho de que aquellas pinturas eran obra de artistas paleolíticos.
Las pinturas de Altamira responden a diferentes secuencias cronológicas. Las más importantes desde el punto de vista artístico, como son los cérvidos y los bisontes de la Sala de los Polícromos, corresponden al Paleolítico Superior, y los expertos le atribuyen una datación entre 15.000 y 12.000 a.C., pertenecientes por tanto al período Magdaleniense III. Su estilo corresponde al de la escuela franco-cantábrica, caracterizado por el naturalismo, la policromía, y la representación de figuras de animales policromadas de gran tamaño, tanto aisladas como en grupo. Sin embargo, recientemente, aplicando métodos de datación cronológica indirectos, basados en la serie de uranio que se utilizaba para fechar concreciones calcáreas, se ha conseguido fechar un signo pintado en rojo en esa misma sala de polícromos en el Auriñaciense, con una antigüedad de 36.160 años.
Durante los años 60 y 70 del siglo pasado, los numerosos visitantes hicieron peligrar su microclima y la conservación de las pinturas, por lo que en 1977, se cerró la cueva al público, hasta que en 1982 se reabrió, permitiendo el acceso a un reducido número de visitantes por día. Las esperas para visitar la cueva se alargaban hasta un año, por lo que se optó, siguiendo el modelo francés adoptado en Lascaux, por construir una réplica de la original. Esa réplica, denominada Neocueva, se inauguró en el año 2001.
Las cuevas son de pequeña extensión, y tienen una estructura sencilla, formada por una galería con distintas ramificaciones, en la que se reconocen tres zonas: entrada (lugar de habitación durante el Paleolítico), la Gran Sala de los Polícromos y luego el resto de pinturas repartidas en otras galerías.
El bisonte es el animal más representado en Altamira (hasta 16 ejemplares). Freeman defiende la teoría de que los bisontes representados en el techo de la Gran Sala de Altamira adoptan actitudes propias de su comportamiento real en la naturaleza, llegando a identificarse, dice, posturas de la época de celo, a finales del verano. Sin embargo, la figura de mayor tamaño de toda la cueva es la Gran Cierva, de 2,25 m. y con una representación de una técnica magistral, destacando la firmeza del trazo, el modelado cromático y la estilización de las extremidades. Pero en Altamira, además, podemos encontrar representaciones de caballos, cabras, diferentes signos, estampaciones de manos, tanto en positivo como en negativo, etc.
Para completar la información puedes visitar la web del Museo de Altamira, o ver en youtube este video
3 comentarios:
¿por que se llama la capilla sixtina de la era cuaternaria asi?
Actualicen la entrada por favor.
Las últimas dataciones por el método del uranio-torio (que mide la edad de las estalactitas y concrecciones calcáreas que cubren las pinturas), dadas a conocer en Junio de 2012, otorgan a Altamira un mínimo de 36.500 años, lo que la acredita como segunda en antiguedad en el mundo, solo por detrás de La Cueva del Castillo, que con un mínimo de 40.800 años, es la datación más antigua por ahora conocida.
Mantener éste tipo de informaciones sin actualizar, contribuye a propagar unformación incorrecta.
Gracias por tu comentario Kolikondriu. Corregido queda y matizado también. Las últimas dataciones no modifican la cronología de las grandes pinturas de la Sala de los Polícromos, que se hicieron durante el Magdaleniense; y mediante el método del uranio-torio lo que se ha conseguido datar en el Auriñaciense, de momento, es un signo pintado en rojo en dicha sala.
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