viernes, 30 de enero de 2009

Vidrieras góticas

DUCIO DI BONINSEGNA. Vidrieras de la Catedral de Siena, s. XIII



Escribíamos hace unos días sobre la importancia de la luz en la arquitectura gótica, y de ahí se deriva el desarrollo de la vidriera. Vamos hoy a recordar algunas cuestiones generales sobre ellas.

Al igual que Francia es la cuna de la arquitectura gótica, también lo es de la vidriera. Aunque se empleaban en el románico, será a partir de la construcción de la abadía de Saint Denis, por el abad Suger, cuando podamos hablar de la vidriera, no como un elemento decorativo, sino como un elemento estructural más que contribuye a dar sentido al espacio interior del templo.

La vidriera es un conjunto de vidrios de colores que se organizan para formar escenas, del mismo modo que las teselas de un mosaico, pero con la salvedad que, en las vidrieras, las piezas se engarzan en una red de plomo o emplomado que actúa como soporte. Requiere, por tanto, de un diseño previo, que sabemos que en algunas ocasiones se encargaron a artistas tan importantes como Bartolomé Bermejo o Duccio di Boninsegna.

Una vez diseñado, se estudiaba la forma de ordenar las piezas y los tonos de color, para lo que se usaban coloraciones muy definidas y vidrios de gran transparencia. Como no se disponían de muchos colores, los artistas góticos recurrieron a variar el grosor de los vidrios para obtener diferentes tonos del mismo color. A finales del gótico, con el uso del vidrio transparente, el problema es menos importante, y el colorido de las vidrieras pierde transparencia.


Vidriera de la catedral de Chartres, siglo XIII


El siguiente paso consistía en modelar las figuras, que se hacía mediante el pincel y aplicando la técnica de la grisalla, consistente en la aplicación de unas tintas de color oscuro que permitían retocar y matizar las figuras. Otro procedimiento empleado en el modelado era el uso de colores vitrificables, es decir, introducir el vidrio pintado en el horno, dejando así inalterable la pintura.

Los temas a representar estaban en muchos casos condicionados por el marco de la vidriera. El espacio natural era el ventanal alancetado, que imponía una disposición vertical de las escenas, por eso uno de los temas más representados sobre todo al principio era el árbol de Jessé, es decir, la genealogía de Cristo, que se adaptaba perfectamente a este marco. Luego, a medida que la superficie acristalada fue ganando superficie, el contenido tiende a distribuirse en registros horizontales. En los rosetones, que es donde se alcanzan los efectos más espectaculares de las vidrieras góticas, el repertorio iconográfico es mucho más variado, y es frecuente encontrar temas como el Juicio Final, el Cristo en Majestad y la Virgen. Los más espectaculares pueden admirarse en París, Reims, Chartres, Lausana, Orvieto y Siena.

Por lo demás, como ocurre con las restantes artes plásticas en el Medievo, la vidriera cumple una función didáctica y pedagógica. Era una forma de contar historias a una población, en su mayoría, analfabeta, pero que, sin embargo, eran capaces de comprender el lenguaje iconográfico en el que se expresaban aquellos artistas.

Para recabar más información, en Arteguías hay un extenso y bien documentado trabajo sobre las vidrieras góticas. En estas otras, podeis encontrar información y magníficas fotografías de las espectaculares vidrieras de la Catedral de Chartres, la Sainte-Chapelle de París,
Aquí os dejo una presentación en la que puede admirarse la belleza y grandiosidad de las vidrieras góticas de toda Europa, acompañada de la maravillosa música de J.S. Bach.

3 comentarios:

Pilar Álamo dijo...

Es un blog estupendo. Enhorabuena. Lo he descubierto a través de un comentario en Arte Extremadura. Volveré

Duncan de Gross dijo...

Y un fabuloso post Pilar, me encanta este blog porque es muy muy completo, un saludete ;-)

Anónimo dijo...

Buenardo

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