miércoles, 12 de noviembre de 2008

Órdenes constructivos en la arquitectura romana

Conjunto arqueológico de Baelo Claudia, en Tarifa (Cádiz)


Como es sabido, la arquitectura romana suma una doble influencia, griega y etrusca. De los primeros tomarán, fundamentalmente, los órdenes constructivos y la tipología de algunos edificios. De los segundos, la utilización del arco y la bóveda y el modelo de templo, que a su vez se había inspirado en los griegos.

Hoy me gustaría ocuparme de los órdenes constructivos. En Roma utilizaron los tres órdenes clásicos (dórico, jónico y corintio), pero se permitieron introducir algunas modificaciones en ellos e incluso crear, a partir de ellos, otros dos órdenes nuevos: el toscano y el compuesto.


En realidad, el orden dórico como tal apenas si fue empleado en Roma. En su lugar, prefirieron utilizar una variedad heredada de los etruscos, el orden toscano. Tres son las diferencias más notables entre ambos. La primera y más visible está en el fuste, que es liso en lugar de disponer de acanaladuras, y presenta un éntasis (o ensanchamiento del diámetro) en la parte central. La segunda está en la presencia de basa, de la que carecía el dórico, y que apoyan sobre un plinto. La tercera está en el capitel y es más difícil de apreciar a simple vista. El capitel va precedido de un astrágalo (un pequeño toro o moldura convexa) y un anillo. En cuanto al entablamento, carece decoración, excepto la de las propias molduras.


Esquema del orden toscano




En cuanto, al orden jónico, los romanos lo utilizaron de forma muy similar a los griegos, aunque con mayor ornamentación, reduciendo el tamaño de las volutas, suprimiendo en algunas ocasiones el astrágalo y elevando la altura del fuste.


Templo jónico de la Fortuna Viril, en Roma (arriba)




Grabado de un capitel corintio en el Foro de Augusto, Roma (Historia de la Arquitectura. Univ. Navarra)


El orden preferido por los romanos fue el corintio, probablemente por su mayor sentido ornamental y por considerarlo más suntuoso. Quizá por esto último desarrollaron un nuevo orden, el compuesto, que fundía en uno solo el jónico y el corintio. De este modo disponían cuatro pequeñas volutas en los ángulos y bajo ellas, reproducían de una manera muy naturalista el Acantus mollis, las características hojas de acanto que conformaban el orden corintio. Con este orden realizaron la mayoría de los edificios de la época imperial.

En cuanto a la forma de utilizarlos, también en ello encontramos diferencias entre griegos y romanos, ya que éstos últimos empleaban los órdenes superponiéndolos en el mismo edificio, como podemos ver en el Coliseo de Roma. Para ello seguían un criterio de robustez, colocando el toscano en la base, y sobre él el jónico, para terminar con el corintio en los pisos superiores.

2 comentarios:

rakelcl dijo...

El grabado de un capitel compuesto que tienes no es compuesto, es corintio, pues el orden compuesto no tiene hélices centrales.

Gonzalo Durán dijo...

Tienes razón rakelcl, y como verás he procedido a corregirlo y a enlazarlo con la página de donde descargué la imagen. Gracias por tu observación. Espero seguir viéndote por aquí.

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