miércoles, 30 de diciembre de 2009

"Basquiat", de Julian Schnabel

Título original: Basquiat
Nacionalidad: Estados Unidos (1997)
Director: Julian Schnabel
Guión: Julian Schnabel (sobre una historia de Lech Majewski)
Reparto principal: Jeffrey Wright, David Bowie, Willem Dafoe, Courtney Love, Michael Wincott, Claire Forlani, Benicio del Toro, Cristopher Walken, Dennis Hooper, Gary Oldman y Tatum O'Neal


Con esta película, el pintor Julian Schnabel hizo su brillante debut en el mundo del cine. Eligió para ello un tributo y homenaje a su amigo el también pintor Jean-Michel Basquiat.

En ella se da cuenta de los aspectos más sobresalientes de su corta biografía. Durante los años setenta, Basquiat era un desconocido grafitero que volcaba sobre las paredes del Soho su carácter rebelde, insatisfecho, pero con una gran carga filósofica. En aquella época firmaba sus obras como SAMO, acrónimo de Same Old Shit (la misma vieja mierda o la misma vieja porquería), y empezó a captar la atención del mundo del arte.

Aquel joven se convirtió casi de la noche a la mañana en una figura mundial. De pintar en la calle pasó a que sus exposiciones en los 80 fuesen uno de los acontecimientos a tener en cuenta en la agenda cultural de Nueva York. Sus cuadros empiezan a ser cotizados por los grandes museos y se pagan enormes cantidades por ellos. Un éxito para el que quizá no estuviera preparado un joven sensible y frágil como Basquiat, que se sumerge todavía más en el mundo de las drogas en el que se movía desde antes, y que le llevaría a una muerte prematura en 1988, con tan sólo 27 años. El suceso ocurrió tan sólo unos meses después del fallecimiento de Andy Warhol, que se nos muestra en la película como su descubridor.

El trabajo de Schnabel nos permite acercarnos al mundillo artístico del Nueva York de los ochenta, de la mano de personajes como Andy Warhol, magníficamente interpretado por David Bowie.

Uno de los alicientes de la cinta es admirar la obra de Basquiat, aunque no la original. Al parecer sus herederos no lo autorizaron. La solución la aportó el propio director. De este modo, podemos ver a Basquiat copiado por Schnabel.

Una buena película, con buen reparto y buenas interpretaciones, que tuvo un paso discreto por las salas comerciales, pero que merece la pena ver y escuchar, por su interesante banda sonora, con interpretaciones de Tom Waits y Charlie Parker, de la que podemos ver aquí una escena.

lunes, 28 de diciembre de 2009

Centro de recepción de visitantes de la Cueva de El Soplao

JOSÉ RAMÓN SAIZ FOUZ / ALEJANDRA SAIZ VALENCIA. Centro de recepción de visitantes de la Cueva de El Soplao (2007). Cantabria



En el verano del 2005 se abrieron al público para su visita las cuevas de El Soplao, en Cantabria, una maravilla de la naturaleza capaz de fascinar a cualquiera por sus impresionantes formaciones geológicas de coladas, estalactitas y estalagmitas, aunque sin duda, las estrellas del conjunto son las formaciones excéntricas. Al contrario de las anteriores, éstas últimas no tienen eje por lo que, desafiando las más elementales leyes de la gravedad, son capaces de desarrollarse en cualquier dirección y forma. En El Soplao se reúne una cantidad de excéntricas muy superior a las que pueda haber en cualquier otra cavidad. Sorprenden muchas de ellas no sólo por sus formas caprichosas, sino también por su intenso color blanco, puro y resplandeciente.

Aunque las cuevas fueron una explotación minera durante el siglo XIX y buena parte del XX, el descubrimiento de las formaciones geológicas no se conoció hasta el año 1975, quince años después de haber cesado la actividad minera, gracias a la exploración llevada a cabo por espeleólogos cántabros. Durante años se dedicaron a investigarla y concienciar a las autoridades sobre la importancia del hallazgo, hasta su declaración como Monumento de la Naturaleza por el Parlamento de Cantabria y su posterior apertura a las visitas turísticas.


Entre los primeros visitantes que acudieron aquel verano me encontraba yo. Puede decirse que entonces las infraestructuras que acogían al visitante eran las mínimas: un pequeño recinto para la compra de las entradas y otro igual de pequeño donde se vendían algunos recuerdos. La entrada a la cueva se hacía a pie. Eso era todo.

Este último verano he acudido nuevamente, pero lo que allí me encontré es muy distinto. Durante estos años se ha construído un centro de recepción de visitantes, cuyo número se ha multiplicado de forma espectacular. En él se encuentran las dependencias donde se expiden las entradas, una enorme tienda con todo tipo de objetos de recuerdo, la cafetería y un andén de estación de tren con el cual se accede al interior de la gruta. Este último recrea aquellas viejas estaciones de tren de la época en que se extraía el mineral de las entrañas de la gruta.

El proyecto ha sido ejecutado por los arquitectos José Ramón Saiz Fouz y Alejandra Saiz Valencia, del estudio Quid Proyectos y Tasaciones, de Santander. Para buscar la integración y armonía de la arquitectura en el paisaje, los arquitectos han optado por la utilización de la piedra caliza y el hierro, que nos recuerda la historia minera de la cueva. Esa misma idea es la que persigue la estructura de las construcciones, donde se alternan las líneas horizontales del edificio principal con los grandes voladizos asimétricos que cubren la zona de la cafetería y que aprovechan la ladera de una montaña para intentar disimularse en el paisaje, aunque no lo consigan del todo.

El efecto conseguido es el de una tosca elegancia, a lo que contribuye notablemente la solución empleada en algunas de los paramentos, levantados a base de mallas metálicas que sostienen las piedras calizas. Sus formas coloridas e irregulares, encerradas de ese modo por la red, como una jaula, se antojan casi tanto una solución escultórica como arquitectónica, de un bello efecto visual.

La cafetería, rematada como se ha dicho por unos grandes voladizos asimétricos, y recubiertos enteramente de cristales ofrecen un espectacular mirador sobre el verde paisaje de la montaña cántabra. La vista se disfrutaría mejor con un mobiliario más cómodo y acogedor que el que tiene, funcional y anodino, y se suprimiera la zona de aparcamiento que contamina visualmente el panorama espectacular de los valles del Saja y del Nansa.

Para conocer el interior de la cueva, os dejo aquí un video y una serie de enlaces con la historia de El Soplao, fotografías de sus formaciones, y datos de interés por si alguno no la conoceis y teneis el deseo o la oportunidad de visitarla:

jueves, 24 de diciembre de 2009

Feliz Navidad y año 2010

Un año más quiero desearos que paseis una Feliz Navidad y mis mejores deseos para el próximo año 2010. Como felicitación he elegido este año una selección de pinturas de los fondos del Museo del Prado que, tienen la particularidad que no están expuestas al público de manera habitual en ninguna de sus salas, a pesar de la enorme calidad que atesoran la mayoría de ellas. Espero que os guste.

martes, 15 de diciembre de 2009

La mezquita de Almonaster la Real, en Huelva

Almonaster la Real es un pequeño pueblo en la Sierra de Aracena. La carretera que nos conduce a él serpentea suavemente la montaña alternando entre dehesas de encinas, densos pinares, alcornoques, quejigos y castaños. En las zonas próximas a los cauces y riberas de los ríos y arroyos de la zona, creemos reconocer algunos chopos, fresnos y sauces. La comarca se nos muestra con una exuberancia y belleza que capta inmediatamente nuestra atención y nos sorprende como si fuera la primera vez que la viéramos. En esta ocasión acudo en primavera y los colores lucen espléndidos bajo la luz vibrante de mayo.

Alzándose por encima de su caserío blanco y encalado, en una loma que domina el pueblo, se divisa desde la distancia el castillo. La imagen de la maltrecha fortaleza, el caserío y la naturaleza que la rodea, conforma una estampa formidable. Sólo por ella merece la pena acercarse al lugar.

El viejo recinto amurallado alberga en su interior un auténtico tesoro arquitectónico: la mezquita de Almonaster la Real, construída probablemente durante la época de los Omeyas, a finales del siglo VIII y en los primeros años del siglo siguiente, en época de Abderramán III. Al- Munastyr, como la llamaron los pobladores bereberes que se instalaron allí tras la invasión musulmana, debió ser una villa de cierta importancia en la comarca, un iqlin; es decir, la población desde la cual se administraba militar y fiscalmente el territorio. La propia mezquita, erigida de nueva planta sobre una antigua iglesia visigoda, constituye una prueba en sí misma de esa importancia. Para su fábrica se empleó el aparejo toledano, la mampostería, el ladrillo y el tapial, así como algunos sillares graníticos en algunos de los ángulos.

Mezquita de Almonaster la Real (Huelva). Al fondo, en el centro de la quibla se abre el pequeño mihrab.


Su construcción se rigió por los cánones habituales de las mezquitas de sala hipóstila del período califal. Pueden apreciarse todavía, el diminuto patio (sahn) para las abluciones que en Almonaster presenta la singularidad de estar excavado en la propia roca. Al franquearlo, se accede al haram o sala de oraciones, compuesto por cinco naves que se orientan hacia el muro de la quibla. La planta deja apreciar la irregularidad de la sala, con una curiosa forma trapezoidal. En el centro de la quibla, se conserva el mihrab, aunque desprovisto de su revestimiento. Su pequeño tamaño es indicativo de su antigüedad. Tras la llegada de los cristianos en el siglo XIII se le cambió la orientación, se abrió un ábside donde se colocó el altar, se cegó el mihrab, y la mezquita se convirtió en la Ermita de la Concepción.

Las cinco naves del haram están separadas por arcos de herradura que descansan sobre columnas, levantadas a partir de pilares y capiteles reaprovechados de antiguas construcciones romanas y visigodas de los alrededores, por lo que no hay dos iguales.

En el exterior, el antiguo minarete desde el que el almuédano propagaría su voz sobre la serranía llamando a la oración, es hoy el campanario de la iglesia, donde las campanas realizan una función parecida.

Sus pequeñas dimensiones, las formas irregulares, toscas e irrepetidas de sus columnas, tan próximas entre sí, la austeridad y sobriedad de los materiales, la escasa iluminación y la desnudez del recinto, hacen que el lugar inspire una profunda espiritualidad que invita al recogimiento y la contemplación serena del edificio.

En la página de Arteguías podeis encontrar información sobre la mezquita y otros monumentos de la localidad, así como también en la web del Ayuntamiento de Almonaster.
Aquí os dejo una pequeña colección de fotografías que tuve ocasión de tomar durante mi visita.

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