Al rey de Asturias, Alfonso II el Casto, se le ofrecía una magnífica oportunidad para atraer cristianos que repoblaran aquellas tierras, recién reconquistadas a los musulmanes, al tiempo que ligaba los territorios de una manera definitiva a la tradición cristiana occidental y los alejaba de la musulmana. El papado y la Cristiandad vieron también en el hallazgo una oportunidad para impulsar un nuevo e importante lugar de culto, tan necesario tras la pérdida de Tierra Santa.
El resto, lo hizo la poderosa orden benedictina de Cluny, a quien el rey asturiano entregó el cuidado y mantenimiento del lugar donde estaban las reliquias. Animados por las riquezas generadas por la creciente afluencia de viajeros, situaron sus monasterios de manera estratégica a lo largo de una ruta, que partiendo de Francia, llevaba a los sufridos peregrinos hasta Compostela.
A partir de aquel momento, el Camino de Santiago pasó a convertirse en el fenómeno de masas más importante de la Edad Media. Un camino por el que circulaban no sólo los peregrinos, sino también las ideas y las novedades artísticas. A lo largo del mismo, siguiendo el patrón adoptado por la orden de Cluny, fueron apareciendo numerosas iglesias románicas aunque con pequeñas pero importantes innovaciones, surgidas probablemente de la necesidad de adecuar el culto a la masiva afluencia de los peregrinos. Se desarrolló así un tipo peculiar de iglesia románica, la iglesia de peregrinación.
Reconstrucción de la abadía y monasterio de Cluny III
Como nos recuerda el profesor Martín González, el carácter más singular de la iglesia de peregrinación, por encima de cualquier otro, es el carácter desenvuelto de los templos, gracias a la utilización de la girola o deambulatorio, una nave situada entre el presbiterio y el ábside de la iglesia. Al prolongarse de este modo las naves laterales, se permitía el tránsito de los peregrinos por el templo sin entorpecer los oficios religiosos. A su alrededor se disponían, en los absidiolos, capillas donde podían venerarse las reliquias tan solicitadas por los fieles. Los historiadores del arte sugieren que el origen de la girola hay que buscarlo en las criptas anulares carolingias y en el primer románico francés, como por ejemplo, el primitivo monasterio de Cluny, que la introdujo en una de sus reformas, la denominada Cluny III, realizada por los monjes arquitectos Gunzo y Hézelon. De cualquier modo, aunque no surgió en el camino, fue allí donde la girola y los demás elementos que conforman esta tipología de iglesia, alcanzan su máxima expresión.
Plantas de las cinco grandes iglesias de peregrinación
1.- Saint Martin de Tours
2.- Saint Martial de Limoges
3.- Sainte-Foy de Conques
4.- Saint-Sernin de Toulouse
5.- Santiago de Compostela
Iglesia de Santa Fé de Conques, Francia
Catedral de Santiago de Compostela. Puerta de las Platerías.
Todos esos caminos confluían, como dijimos en Estella, y atravesando las hermosas y áridas tierras castellanas, discurrían por el denominado Camino Francés, el más popular de todos los que llevaban ante la tumba del apóstol. Allí empezó a levantarse hacia el año 1075 una grandiosa catedral, cuyo impulso inicial fue del obispo Diego Peláez y el final del obispo Gelmírez. En 1188, el maestro Mateo concluía una ampliación de nueve tramos y comenzaba el majestuoso Pórtico de la Gloria que concluiría en 1211. De este modo, la catedral compostelana se convertía en la obra maestra de las iglesias de peregrinación, aunque su admirable portada principal quede hoy oculta tras la gran fachada barroca del Obradoiro, de Fernando Casas Novoa.
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Por último esta página sobre la iglesia abacial de Santa Fe de Conques, permite un interesante recorrido virtual por ella. Y en el video podeis ver una interesante explicación de la Catedral de Santiago.
1 comentario:
Entrada supertrabajada. Fantástica.
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