sábado, 28 de mayo de 2011

Elena Poniatowska, "Leonora"

La prensa de todo el mundo recoge estos días la noticia del fallecimiento de Leonora Carrington, a los 94 años de edad, en la ciudad de México. Pintora, escultora y escritora nacida en Gran Bretaña en 1917, estaba considerada como la última representante viva del surrealismo.

Entre los libros que va uno comprando o imaginando comprar a lo largo del año, y amontonando sobre una mesa, a la espera del verano, porque no ha sabido encontrar el tiempo para leerlos antes,  está precisamente el último Premio Biblioteca Breve que concede la editorial Seix-Barral, y que este año ha correspondido a la biografía novelada de Leonora Carrington, de la escritora mexicana Elena Poniatowska.

Por lo que he podido leer en algunas reseñas, o lo que he escuchado y leído a Elena Poniatowska en diferentes entrevistas, la novela, que no aspira a ser una biografía, describe cómo la heredera de un rico magnate de la industria textil británica, renuncia a esa vida cómoda y fácil para intentar conquistar el derecho a ser una mujer libre desafiando para ello todos los convencionalismos sociales y religiosos de la época que le tocó vivir. En la construcción de esa libertad personal surgió también la artista, la pintora y escultora, con el mismo espíritu noble y rebelde de la mujer.

Leonora, una joven veinteañera, conoce a Max Ernst en Londres, casado y que le doblaba en edad. Ninguno de estos detalles fue obstáculo para que se enamorara perdidamente y desafiando a su familia, se marcha con él a París. Allí su amante la pone en contacto con los círculos surrealistas y artísticos en los que se mueve, y empieza a relacionarse con figuras de la talla de Salvador Dalí, Picasso, Joan Miró, Marchel Duchamp, André Breton, ... Tras la ocupación alemana de Francia, el régimen de Vichy ordena la detención y confinamiento en un campo de concentración de Max Ernst, de nacionalidad alemana. Leonora no puede resistir el impacto emocional del suceso y tiene incluso que ser internada en una institución mental, de la que le rescatarán sus amigos.

Huye de Francia, y llega primero a Santander, luego a Madrid y finalmente a Lisboa, donde contrae matrimonio con el periodista Renato Leduc, con quien sale para México en 1942, huyendo de la guerra y el fascismo que se apodera de Europa. En aquel país se instaló por el resto de su vida.

Os dejo a continuación una entrevista con Elena Poniatowska, un auténtico placer escuchar a la mexicana, un video con imágenes de la obra de Leonora Carrington y este enlace a la crítica de la novela de Javier Munguía en Revista de Letras.



jueves, 19 de mayo de 2011

Dibujos de Rembrandt

REMBRANDT VAN RIJN. Saskia con sombrero de paja (1633).  Staatliche Museum, Berlín. Punta de plata sobre papel vitela.



Hay artistas que se pasaron toda la vida trabajando. Rembrandt fue uno de ellos, ya que además de su formidable catálogo de pinturas, fue un prolífico grabador y dibujante. De la importancia de esta última faceta nos da la medida que, en el catálogo más completo que hay de sus dibujos, el que hicieron Otto Benesch y su esposa Eva, allá por los años 50 del siglo pasado, se contabilizan más de mil quinientos. Rembrandt dibujó intensamente por lo menos durante cuarenta años de su vida, los comprendidos entre 1627 y 1662, fecha a partir de la cual prácticamente, y sin que sepamos por qué, dejó de hacerlo. Sólo diez dibujos escapan a esos límites cronológicos, si bien es cierto que puede que muchos se hayan perdido a lo largo de estos siglos.

Dos cosas nos llaman la atención en los dibujos de Rembrandt. La primera, que muchos otros pintores han dibujado bocetos, estudios, posturas, ... como preparación de los cuadros que iban a pintar, sin embargo, en Rembrandt, este tipo de dibujos son casi una anécdota, ya que la mayoría de sus dibujos son una obra en sí mismos, sin otra finalidad que la del propio dibujo. La segunda, lo prolífico de su producción, que contrasta con la casi absoluta inexistencia de dibujos de otros pintores holandeses contemporáneos suyos, como Vermeer o Fran Hals.


 REMBRANDT VAN RIJN. Tita van Uylenburch, hermana de la esposa de Rembrandt, Saskia (1637).  Museo Nacional de Estocolmo. Tinta marrón y aguada.


Sus dibujos nos permiten también acercarnos a otro Rembrandt, al que intuimos en muchas de sus pinturas, sobre todo aquellas que tienen que ver con Saskia o Hendrickje, sus mujeres, pero que allí se nos muestra más esquivo, más en su papel de pintor. En sus dibujos, en cambio, se muestra no tanto el artista como el hombre. Son dibujos, muchos de ellos, espontáneos, frescos, desenfadados, informales, en los que desfilan sus modelos, sus ayudantes en el taller de pintura, las mujeres de su casa, ancianos, niños, madres, todos ellos en sus quehaceres cotidianos, gozando de la intimidad del pintor; también paisajes, animales domésticos, pinturas de historia, etc.

A Rembrandt le gustaba dibujar sobre todo con pluma y tinta, técnica que emplea en más del noventa por ciento de sus dibujos conservados. Sólo en contadas ocasiones emplea el pincel para dibujar. En aquella época, las plumas que empleaban los pintores podían ser de dos tipos: de ave y de junco. Las plumas de ave se escogían de las grandes plumas huecas de las alas exteriores de ocas, cisnes o cuervos. Para utilizarlas había que prepararlas cuidadosamente. Primero se las rascaba y, a continuación, se las endurecía sumergiéndolas en ceniza caliente o arena. Después se les tallaba en su extremo una punta y quedaban listas para emplearlas. Esta punta solía ser bastante fina y confiere a los dibujos un aspecto bastante lineal.

REMBRANDT VAN RIJN. Estudios de una mujer y dos niños (h. 1640). Boston, Colección Peck. Pluma de junco y tinta marrón.



La pluma de junco se obtenía de los tallos huecos de la caña o el bambú. Al contrario que la de ave, su punta suele ser más roma, por lo que los trazos resultantes al dibujar son más amplios que los de aquella, pareciéndose más a una pincelada.

Por lo que respecta a la tinta, por lo general, Rembrandt empleaba tinta marrón o aguada (tinta diluida que también puede ser aplicada con pincel). Durante mucho tiempo se ha creído que Rembrandt utilizó más que nada un tipo de tinta que se extrae del hollín y que se denomina bistre, y con el que hizo sus característicos dibujos de tinta de color marrón. Sin embargo, a principios de la década de 1980, técnicos del Metropolitan de Nueva York, analizando sus dibujos, descubrieron que utilizó este tipo de tinta en muy pocas ocasiones, y que en realidad empleó casi siempre tinta de agalla  (una susbstancia que se forma en las hojas de los robles y el pistachero) y sales de hierro. La importancia del descubrimiento radica, entre otras cosas, en que ésta última cambia de coloración con el tiempo. Es decir, lo más probable es que el color original de la tinta aplicada por Rembrandt fuese negro, y que han sido los años los que le han dado ese tono marrón con que hoy los vemos.

REMBRANDT VAN RIJN. Río con árboles (h. 1654-56). París, Museo del Louvre. Pincel y aguada marrón.


En otras ocasiones, empleó también tinta india o china, que se obtiene del hollín creado por la quema de aceites, resinas o madera resinosa, o de la quema del carbón de madera mezclado con goma o resina.

La acuarela blanca opaca también fue empleada ocasionalmente por Rembrandt, con dos fines sobre todo: para crear toques de luz en sus dibujos o, lo más frecuente, para tapar, suprimir o suavizar líneas hechas anteriormente con tinta. Este tipo de acuarela se consigue a partir de una solución de blanco o de plomo. Con el paso del tiempo se vuelve transparente, con lo cual aquello que Rembrandt intentó ocultar a nuestros ojos bajo esta acuarela, hoy está al descubierto.

Todas estas técnicas descritas hasta aquí son de las que se consideran húmedas, pero Rembrandt empleó también en ocasiones algunas de las denominadas secas, como la tiza roja, negra o el carbón. La tiza negra es un compuesto de esquisto carbonífero y arcilla, que el pintor holandés aplicó especialmente en figuras y paisajes. El aspecto que proporciona es de unas tonalidades apagadas, por lo que cuando al maestro le interesaba conseguir un resultado más brillante, utilizaba en su lugar el carbón.
 
REMBRANDT VAN RIJN. Niño que aprende a andar (h. 1660). Londres, Museo Británico. Tinta marrón.



La tiza roja obtiene su color del óxido de hierro, y la intensidad del mismo depende de la proporción entre ese óxido y la arcilla. Cuanto mayor sea el primero, más intenso el color, y al contrario. En cualquier caso, esta técnica parece que dejó de emplearla a partir de 1640.

En los siglos XV y XVI el dibujo a punta de metal, otra técnica seca, gozó de una enorme popularidad, pero en la época de Rembrandt casi había dejado de emplearse y se tenía, eso sí, por una técnica refinada y elegante, pero antigua. Quizá fue por eso que cuando Rembrandt la utilizó fue para trabajos muy especiales, como el hermosísimo dibujo que hizo de Saskia poco antes de su matrimonio, un auténtico regalo de boda. Esta técnica emplea una varilla de plata, o de otro metal bañado en plata, pero que no deja marca visible en el papel, por lo que es necesario que este se prepare adecuadamente antes del dibujo.

REMBRANDT VAN RIJN. Cornelis Claesz Anslo (1640). Londres, Museo Británico. Tiza roja, realzada y corregida con óleo blanco, con aguada roja sobre un papel de color marrón amarillento claro y el contorno marcado con un estilo para transferirlo a una plancha de cobre.


Hubo otras técnicas que, a pesar de que eran conocidas y utilizadas en su época, no nos consta que Rembrandt utilizase, como el lápiz de mina, los lápices de colores, la acuarela y, especialmente, la tiza blanca, que aplicada sobre papel de color azul era muy popular entre sus discípulos y ayudantes.

Rembrandt no se conformaba únicamente con utilizar todas esas técnicas descritas por separado, sino que, desafiando las normas convencionales, las empleó en muchas ocasiones de manera simultánea en un mismo dibujo, sin que ello le supusiese ningún tipo de problema. A veces llega a complementarlas con óleo, como si aspiraran estos dibujos a la condición de pinturas.

Más información y dibujos de Rembrandt podeis encontra en estas dos páginas, ambas excelentes. La primera Rembrandt van Rijn: Life and Work; la segunda es The Schwartzlist, de Gary Schwart, uno de los grandes especialistas en la obra de Rembrandt, y de la que se han tomado las imágenes de este trabajo.

martes, 3 de mayo de 2011

Fútbol, crisis y arte

JULIO A. SERRANO. El descendimiento del andamio.


Hace tan sólo unos días, el pasado 29 de abril, se hizo pública la última Encuesta de Población Activa en España (EPA). Los datos que arroja son escalofriantes. Aumenta el paro en todos los sectores económicos, no hay ni uno que se salve. En los últimos tres meses, 213.500 nuevos parados, es decir, casi un 1% más, la mayoría de ellos jóvenes. En este segmento de la población el paro afecta al 40% de los jóvenes.

La suma total de la población asciende ya a ¡4.910.000 parados! El paro alcanza al 21,29% de la población, y en comunidades como Andalucía, desde donde escribo, al 29,68%. Con estos números, son ya 1.386.000 los hogares españoles en que ninguno de sus miembros tiene trabajo. Y la inflación sigue subiendo, y ya es del 3,6%.

Mientras tanto, las grandes empresas españolas que cotizan en el IBEX 35, superaron sus beneficios en 2010 en torno al 18% de media. Habrá quien pueda pensar que 35 empresas por grandes que sean no pueden representar la economía de un país con más de tres millones de empresas, muchas pequeñas y medianas. Conviene no equivocarse, esas 35 empresas generan ellas solas la tercera parte del Producto Interior Bruto de España y emplean a más de un millón y medio de personas, aunque no todos esos empleos sean nacionales.


JULIO A. SERRANO. La Santa Paciencia


Algunas de esas empresas, como la petrolera Repsol triplicaron sus beneficios; otras como Codere, que se dedica al juego, lo hizo en un 53,4%. Llamativo es el caso de Telefónica, que mejoró sus beneficios en un 30,8%, lo que no le impide anunciar un plan de despidos del 20% de su plantilla, o lo que es lo mismo, 6.400 parados más, y todo ello a la vez que se propone premiar a sus altos directivos con incentivos millonarios.

Leyendo esto cobra plena realidad lo que Oscar Lobato ponía en boca de uno de los personajes de esa excelente novela que es Centhaeure: "En términos capitalistas, crisis es ese año que dejas de trincar mil millones y sólo logras varios cientos. Entonces, se despide a los de abajo. Se vende el inmovilizado. Se anota como beneficios el precio conseguido y se sube uno el sueldo, mediante primas y bonificaciones para ejecutivos". Por cierto, la novela se publicó en 2009. Seguramente los ejecutivos de Telefónica la han leído.

JULIO A. SERRANO. El nacimiento de la Generación Perdida

En fin, mi indignación en todo este asunto es tremenda. Unos generaron la crisis, otros se la estamos pagando y ellos no sólo pierden dinero sino que ganan más que antes. Y todavía tienen la desfachatez de decirnos qué tenemos que hacer para salir del agujero donde nos metieron, lo que faltaaba. Como decía el pasado sábado  Paco Alvarez en el programa No es un día cualquiera de RNE, estamos en un sistema que individualiza las ganancias y socializa las pérdidas. ¿Hay quién lo entienda?

JULIO A. SERRANO. Las Mendigas

Todo esto preocupa mucho al país, pero parece que no tanto como el resultado de los partidos de fútbol entre Real Madrid y Barcelona, las declaraciones altisonantes de Mourinho y Guardiola, el juego antideportivo de algunos jugadores del Barça y del Real Madrid, las decisiones arbitrales a favor o en contra de unos u otros, y el resto de circunstancias que rodean los clásicos. Hacer si no la prueba, escribid en google, por ejemplo: "Barcelona-Real Madrid"  y anotad el número de resultados; repetid luego lo mismo escribiendo: "paro en España" o "crisis económica".  O contar cuántos minutos se dedican en los informativos de televisión a hablar de la crisis y cuántas horas a esos mismos partidos. Comprobareis cuál es el termómetro de las preocupaciones. Habrá que confiar en esa nueva religión que es el fútbol y rezar al Santo (así llaman a Iker Casillas) o al mismo Dios (dicen que reencarnado en Leonel Messi) para que nos saquen de este agujero. Desgraciadamente, también yo debo hacer acto de contricción y confesarme culpable del mismo pecado.


JULIO A. SERRANO. El grito ante el recibo y El Euribor devorando a sus hijos
Seguro que muchos habreis visto circular por internet este Museo de la Crisis con que ilustro esta entrada. Excelentes y divertidas recreaciones que ha hecho de algunas famosas obras de arte el dibujante Julio A. Serrano en su blog Humor Salmón, convirtiendo la tragedia en comedia (¡qué remedio!).

JULIO A. SERRANO. La José Luisa

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