domingo, 6 de marzo de 2011

"Vincent", de Don McLean

Portada del LP American Pie, de Don McLean
Entre los meses de mayo y junio del año 1971,  un joven cantautor norteamericano se encerraba en los estudios de la United Artists Records para grabar un puñado de canciones que se iban a convertir unos meses más tarde, en octubre, en su segundo LP.  Muy pocos conocían entonces a Don McLean, y lejos estaba él de imaginar  el revuelo que iba a causar aquel álbum, y especialmente la canción  American Pie, que también daba título al mismo. No recuerdo ninguna otra canción en la historia de la música popular contemporánea que haya generado tantos debates, tantas preguntas, tantos interrogantes sobre el significado de sus versos.  Cuarenta años después, el resultado se traduce en libros enteros dedicados a analizar la canción y los aspectos sociales, culturales y políticos a los que se refiere y en los que se produce, y todavía hoy la intensidad  del debate puede seguirse en los nuevos canales de comunicación que proporciona internet.

En el corte número tres del disco, McLean incluía también otra canción destinada a convertirse en emblemática, Vincent, dedicada al pintor Van Gogh, y que, editada en single, pronto alcanzaría el número 1 en las listas de éxitos en el Reino Unido y escalaría hasta el 12 en las de Estados Unidos. El Museo Van Gogh, en Amsterdam, saluda diariamente a sus visitantes con esta canción, que se ha convertido así en una especie de himno oficioso del pintor holandés y que algunos conocen como Starry, starry night, que son las palabras con que comienza.

Portada del single Vincent, de Don McLean
La idea de escribir sobre Van Gogh, se le ocurrió a McLean en el otoño de 1970, en una época en que trabajaba como profesor en una escuela de Massachussets. Una mañana, impresionado por la biografía de Van Gogh que estaba leyendo, sintió el impulso de escribir una canción sobre el pintor en la que se identificaba con su dolor y sufrimiento. McLean convierte la locura de Van Gogh en incomprensión de los demás, incapaces de percibir el mundo con la mirada sensible del holandés y sordos ante el mensaje que nos envía a través de sus pinturas. Cogiendo lo que tenía más a mano, una bolsa arrugada de papel, McLean se sentó en el suelo con su guitarra y una reproducción de la famosa Noche estrellada, y escribió la canción. Con su extraordinaria forma de cantar, el lirismo y la sensibilidad habitual de sus composiciones, McLean traza un retrato de la obra y la vida del artista, que no se limita al cuadro mencionado, sino que incluye numerosas referencias a los temas, los colores y las formas habituales en las obras de Van Gogh, así como el efecto que causan, al menos en el compositor.

Aquí teneis un montaje de la canción para que disfruteis de ella, con subtítulos en español e imágenes de pinturas de Van Gogh.


En el blog de Luis Beltrán podeis encontrar la letra en inglés y su traducción al español. Para conocer algunos detalles más sobre la canción y su autor, lo mejor es que visiteis la página oficial de Don McLean, o este artículo de The Telegraph de febrero de 2010.

2 comentarios:

calamanda dijo...

Oh, Vincent y Don McLean, me encantan!...Esta canción la tengo enlazada dos veces en mi blog, una
en el lateral derecho y otra creo que es la entrada que hice sobre "La Lechera" de Vermeer, es
maravillosa, pero también hay otra más en el lateral de McLean fantástica...no sé si por la emoción y la prisa por ver de nuevo sus obras las dos veces que estuve en el Museo Van Gogh no me di cuenta...¡Qué pena!

Saludos.

Gonzalo Durán dijo...

La combinación de la energía y la impaciencia que desprenden muchos cuadros de Van Gogh, y el lirismo y el sosiego de la voz, la música y los versos de McLean, producen un resultado espectacular. Coincido contigo, Calamanda. A mí también me gustan mucho los dos.
Saludos.

Related Posts with Thumbnails